...como arbolitos bailan las letras

del tiempo infantil...♣

como arbolitos insistentes...

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...que el viento...

sus ramas hace mover.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Texto del poeta venezolano Paz Castillo.Ilustraciones por:Vicky Sempere

EL PRÍNCIPE MORO




Yo conozco un cuento de un príncipe moro
que hallo en el fondo del mar un tesoro
.

Cuéntanos el cuento del príncipe moro.

Un hada muy mala lo hiso pordiosero,
le quito su reino con todo el dinero
y todas las cosas que en el reino había.

El príncipe andando al fin vio un lugar,
se le acerco a un hombre y le quiso hablar
mas, como era moro nadie le entendía.

y por fuerza, el pobre, tuvo que callar.


Un día el príncipe, cansado de andar,
quiso arrojarse de cabeza al mar.
Adiós patria mía, le dijo a las olas,
cielos de mi tierra, costas españolas
que no veré más. Adiós vida, adiós.

Del fondo del agua surgió una voz,
diríase el canto de una sirena,
que le lleno el canto con su melodía,
y el príncipe inmóvil, clavado en la arena,
miro que del fondo del agua salía
una linda moza de carne morena:
Era el hada mora que lo protegía.

Príncipe, dijo, tu voz, tu tristeza
cruzaron las aguas y me han conmovido.
Le tendió las manos sobre la cabeza
y el príncipe vio su reino perdido.
Allí está mi reino, dijo alucinado enseñando el vago azul del mar.

¡Oh! Príncipe mío, no lo has conquistado
Aún, dijo el hada
...Hay que trabajar...
Y le dio un anzuelo para que pescara.
Atado a la punta de larga vara
El cordel tenía anzuelo y plomada;
Luego entre las ondas, se fue hundiendo el hada
Sobre la infinita dulzura del mar.

El príncipe, entonces, se puso a pescar.
Y pasaron días…y no pesco nada.
Su vida se hiso cada vez más dura.
Apenas tenía prendas de vestir.

Le llegaron horas de hambre y de amargura
Y estaba cansado hasta de vivir.

Por fin el anzuelo trajo un pescadito
que era como la luz del sol:
el ojo vivaz, el cuerpo chiquito
y coloradito como un caracol.

Al ver al buen moro le dijo al oído:
Tírate en las aguas conmigo en la mano.
¿Y él se tiró?


Como un rayo el príncipe se lanzo atrevido
y bajo hasta el fondo del mismo océano


Y cuando volvió,
con el pescadito aún en la mano,
estaba en las playas del reino perdido.
Frente a él, vestida por la luz del día,
con los pies desnudos en húmeda arena,
vio una linda moza de carne morena:

Era el hada mora que lo protegía.

¿Y el pescadito?

En sus manos se volvió un puñal.
Una voz muy suave como de cristal,
le dijo: príncipe atrevido,
vete a tu palacio, entra decidido,
que a tu paso franco se abrirá el portal.
Tus viejos sirvientes, los que te han criado,
saldrán para verte, y, alborozado,
Antonio, tu ayo, aquel viejecito
que sobre tus hombros te llevo a cabrito
tartamudeando, ansioso de hablarte,
con sus nobles barbas barrerá la alfombra
príncipe querido para saludarte.

Mas si el hada mala se acerca en la sombra
y te dice amores, y amante te nombra
no escuches sus voces. Húndele en el pecho
el puñal que llevas del lado derecho
del cinto.

Bueno ¿y qué pasó?

Que el príncipe tonto se quedo encantado
oyendo sus voces, y el reino encontrado
de nuevo perdió.

¿Y el puñalito?
Se tornó pescado y se volvió a la mar.

¿Y el príncipe?

Como le quedo el anzuelo
dicen que de nuevo se puso a pescar…