Valiente descubre el mundo en su bici de una rueda, pedalea
más que el viento por las calles de la vereda. Un sueño mueve la bufanda con cadencia
marinera, el llanto de la mandrágora no enmudece a la gacela. Remonta costas y montañas con su esperanza de
ultramar. Roza el cielo su risa junto al alcatraz y en una pequeña nube se
detiene a descansar. Señala con su dedo cuando quiere jugar, dice mami mirando
a los ojos, voltea y luego un beso me da. Valiente es inspiración continua, es
mi soplo vital una estrella y una duna, o una Cruza quizás.
(Zune 2013)
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